Con la democratización del automóvil en los años 30, los accidentes se multiplicaron y se hizo necesario cuestionar las altas cifras de mortalidad en la carretera, aunque no sería hasta 1950 cuando se fabricó el primer prototipo ‘dummy’, para realizar un ‘crash test’ con el objetivo de probarlo en aviación y más tarde en automoción.
Tras diferentes métodos bastante primitivos por parte de los fabricantes para conocer el impacto de una colisión como chocar el vehículo contra un muro o dejarlo caer desde lo alto de una grúa, a partir de la década de los 70, los gobiernos europeos tomaron cartas en el asunto para, a través de diferentes programas, homologar de alguna manera las pruebas de seguridad.
En la actualidad, gracias a los últimos avances en tecnología, todos los automóviles que se lanzan al mercado cumplen con los estándares de seguridad establecidos por la Euro NCAP, un organismo independiente que comprueba y califica las medidas de seguridad en los vehículos, basándose en un sistema de puntuación con estrellas, siendo cinco la calificación máxima. Los tipos de pruebas a los que se someten los coches incluyen varias facetas como impacto frontal, lateral, trasero e impacto con sillitas.
A lo largo del tiempo, los métodos y dummies empleados para realizar un ‘crash test’ han ido evolucionando de la mano de las nuevas tecnologías. Hoy en día es posible realizar pruebas de choque de manera virtual, ahorrando tiempo y dinero, ya que impactar coches conlleva un alto coste para los fabricantes, que acaba repercutiendo en el precio de los vehículos.
Pero no sólo eso. Cuando se realiza un ‘crash test’ físico, existe muy poco margen para actuaciones preventivas. Si existe un error, hasta el siguiente test no habrá posibilidad de corregir el problema. Las pruebas de impacto virtuales permiten una gran flexibilidad en este sentido, ya que es posible modificar los parámetros de una manera rápida y sencilla.
ESI Group, implicado en el mundo del prototipado virtual durante más de 40 años, ha sido una de las compañías pioneras en comprender las ventajas de aplicar la simulación a todas las áreas del diseño y fabricación del automóvil, incluyendo la realización de pruebas de choque virtuales.
Su propuesta en este ámbito es VPS, un programa que permite a los ingenieros simular un impacto y evaluar cuales serían las lesiones de los pasajeros en múltiples escenarios de choque.
La mayoría de los fabricantes de automoción lo utilizan para mejorar las puntuaciones en las pruebas realizadas por la Euro NCAP.
Desde su desarrollo, este software ha evolucionado hasta convertirse en la Solución de Rendimiento Virtual (VPS) de ESI, cubriendo la seguridad de los ocupantes ante choques e impactos, así como la acústica interior y la creación de prototipos de asientos.
Alfredo de Gregorio es Ingeniero Industrial por la Universidad de Valladolid. Finalizó su especialización en la Universidad de San Diego después de obtener una beca honorifica, desarrollando un proyecto final de carrera, basado en la inyección de motores aeronáuticos.
Alfredo se unió a ESI en 2011, realizando análisis estructurales para el mundo Aeronaútico, siguió esta etapa como ingeniero de cálculo, trabajando para varios fabricantes de automoción con gran éxito. Gracias a su dedicación y versatilidad, logró convertirse en un experto en fabricación virtual usando materiales compuestos. Esa enorme experiencia, ha ayudado a muchas empresas a implementar la fabricación virtual y mejorar su proceso innovador reduciendo costes de fabricación. Su trabajo brillante y su progreso en el contacto directo con clientes, le ha convertido en líder del equipo del equipo de Pre-Venta de ESI Hispania.